Confesiones.

Confieso hoydía señor mis pecados. Soy increíblemente soberbia. Con mi Vanagloria, jactancia, altanería y ambición. A ratos soy perezosa, avara y la gula no se pierde. Soy terriblemente iracunda...

pero hoy...

Hoy ha destacado uno de los siete pecados por sobre todo: La envidia. Increíble como llegué a estar en tantas situaciones envidiosas en un solo día... envidié a mis amigos y a mis hermanos, y llegué a desear que aunque fuese a uno le ocurriese algo similar a lo que me pasaba a mi para que así pudiesen entenderme.

Idiota, idiota... idiota... yo se bien que la envidia acarrea a la mentira, la traición, la intriga y el oportunismo.

Realmente... me siento como la mierda andante del día Martes 22.

Una flor para una flor. ¿De qué brotamos si no es de amor?

Recuerdo que una vez, hace un par de años, trabajé la típica analogía de una persona con una flor... y ahora caigo en la razón de mis palabras. Todos tenemos espinas y, queriendo o no, herimos a la gente sin lograr diferenciarlas, absorbemos el sol (Que pasaría a ser la alegría radiante de otras personas), y nos cerramos ante los días de lluvia y tomamos lo único que puede beneficiarnos de ellas, el agua. (Esos días obscuros en los que solo tiempo después logramos ver que fueron para mejor). Pero si llueve mucho, el exceso de agua hará que mis raíces se pudran... y que finalmente acabaran con una persona marchita y sin vida.

Cuan difícil es ser capaz de mirar más allá de nuestras propias pestañas, y notar que la flor a nuestro lado está cada vez más opaca y sin vida.

Soy una flor, pero en este momento no logro distinguir realmente si es primavera o otoño lo que estoy viviendo...

... y a ratos sé que pido mucho.

Child smile

Intentar hablar, sonreír, atrapar, arrastrarse, llorar, reír... Ellos son los que abren nuestra mente para aquellos primeros e inocentes intentos de comunicación. Una tierna mirada... una caricia casual, nos hacen imaginar un sin número de acciones que irán adquiriendo en tan tan poco tiempo.

Estamos preparados para todo aquello, para instruirlos, para quererlos, para regañarlos, para mimarlos, para verlos crecer. Para superarnos y ser mucho mejores que nosotros, para sonreír ante todo el futuro que tienen por delante, por enfrentar la nueva generación que les toca, para vivir insertos en una sociedad completamente distinta a la en que nosotros vivimos ahora... y demostrarnos que pueden superarla mejor que nosotros.

Estamos listos para todo aquello... pero nunca para verlos dormir sin que vuelvan a despertar...
¿Quién soy yo para no soportarlo? ... si se me oprime el pecho al pensar en su apasible rostro de eterno descanso, no quiero ni imaginarme el profundo dolor en las entrañas de su propia madre...

Detesto... que solo los más fuertes sobrevivan.

Vuelta hacia atrás.

Aun me cuesta distinguir bien hacia donde voy, hacia donde miro cuando levanto la vista y pongo atención hacia adelante. Me es difícil mirar entre aquella niebla de dudas e inseguridades algún indicio que me haga decidir mi rubro.

Difícil, difícil.

Pero por ahora seguiré avanzando sin saber donde, hasta que aquella nube se disipe y logre divisar una luz que me logre alumbrar por un camino que sea realmente para mí.